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Los Hermanos Lebrón
En la década de 1950, el escenario musical norteamericano fue cautivado por la magia del sonido del soul, una expresión sonora creada por la población afroamericana del norte de Estados Unidos y cuyos orígenes están trazados en el blues –y en su manifestación más rítmica del rythm & blues– y el gospel de principios de siglo XX.
El soul es una expresión predominantemente vocal y bailable que tuvo como principal precursor al músico Ray Charles, pero halló sus mayores niveles de difusión comercial con los trabajos de James Brown, Marvin Ga-ye y Aretha Franklin.
Este movimiento musical fue significativo, además, para estimular la denominada "conciencia negra", centrándose en la "revaloración de la identidad negra y su cultura".
Por eso, su surgimiento y desarrollo se identifican sobremanera con el emerger de los movimientos de reivindicación social y política que protagonizaron los afroamericanos en los años 60, convirtiéndose en un nuevo, y fuerte, lenguaje estético afro.
Su valor, en tanto creación artística, es incalculable. Se convirtió en una de las fuerzas más enérgicas y continuas en la música popular estadounidense, sirviendo de referencia para el surgimiento de otras formas armónicas, "docilizadas" y "blanqueadas", como fue el caso del rock and roll de los años 60.
Asimismo, su contagiosa fuerza rítmica incidió en algunos de los proyectos musicales desarrollados desde y por las comunidades afroantillanas asentadas en la ciudad de Nueva York, como sucedió con el surgimiento del boogaloo en la década de 1960, en el que el sonido del soul fue fusionado a los estándares de música "latina" que dominaban la escena de la época matizada por el sonido del mambo, el son, la guaracha y, sobre todo, el cha cha chá.
El boogaloo fue un movimiento poderoso, aunque relativamente breve. Su historiografía destaca el trabajo pionero que realizó Pete Rodríguez con "I Like It Like That", mas uno de los más grandes éxitos de esa expresión rítmica fue "Boogaloo Blues" de Johnny Colón.
Figuras importantes de la historia de la salsa, como Joe Cuba, Joe Pastrana, Richie Ray, Ray Barretto, Tony Pabón, El Gran Combo de Puerto Rico, entre otros, fueron exitosos intérpretes del boogaloo, algunos antes de ganar fama como protagonistas del movimiento salsero.
Este dato muestra el gran impacto que también tuvo la influencia afroamericana en los proyectos musicales que desarrollaron los caribeños desde la diáspora, al tiempo que confirma el carácter híbrido de la salsa, que resulta de la evolución y combinación sonora de varias manifestaciones rítmicas.
En el pentagrama salsero hay una agrupación que sintetiza plenamente los valores de esa fusión musical y cuyo éxito se logró, precisamente, por la forma en que lograron introducir el marcado acento del soul y el rythm & blues en el sonido afroantillano, conquistando tanto al público caribeño como al afroamericano.
Se trata del grupo Los Hermanos Lebrón, diestros creadores del "Funky Blues" a finales de la década de 1960 y responsables de desplegar un puente de comunicación efectiva entre las expresiones rítmicas de las comunidades negras y caribeñas neoyorquinas, abrazando y hermanando ambas manifestaciones.
Son Los Hermanos Lebrón quienes introducen las líricas en inglés al movimiento de la salsa, al igual que había ocurrido antes con el boogaloo, pero en este caso marcadas por una musicalidad excelsa que selló la influencia del grupo con el juego armónico típico y característico de la música religiosa afroamericana: el gospel.
Influenciados por la música típica puertorriqueña
Naturales del pueblo de Aguadilla, los hermanos Lebrón se criaron en el número 288 de la calle Stagg, en el sector negro de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York, lejos del contorno latino y persuadidos por las señas de la cultura afroamericana.
De padres obreros –que emigraron de su país en 1952 buscando una "mejor vida" –, los hermanos Pablo, María, José, Ángel, Carlos y Franky crecieron acurrucados por el sonido de la música típica puertorriqueña que alimentaba la nostalgia de su hogar.
"Mi papá, Franciso Lebrón Feliciano, que nació en Lares, escribía décimas y, aunque él no cantaba, en su familia todos eran músicos y tocaban cuatro y guitarra, y venían a casa y empezaban a cantar y tocar. Fíjate que el primo hermano de mi papá es (el cantante) José Feliciano", cuenta Ángel Lebrón, quien recuerda que su padre, al ver el entusiasmo que le provocaba la música, le regaló un acordeón cuando apenas tenía ocho años de edad y con el que se paraba en las esquinas de su barrio con su hermano José a cantar.
"Dejé de tocar el acordeón como a los 11 años (de edad), cuando un día encontré en la calle una guitarra que estaba bien rota y cogí tape y la arreglé… fue así que José y yo aprendimos a tocar", señala el músico que nació el 11 de noviembre de 1949.
Esa experiencia se nutrió, además, de la expectación que le provocaba ver a su hermano mayor, Pablo, vocalizar canciones románticas en su hogar, cada vez que ensayaba con su trío Las Tres Monedas.
Pablo Lebrón, que nació el 30 de junio de 1937, fue el único de los hermanos que, por ser el mayor, vivió su infancia y adolescencia en el pueblo de Aguadilla, en Puerto Rico.
Allí, relata Ángel, el primogénito de la saga Lebrón se destacó por sus habilidades para cantar, al punto de que llegó a participar de varios programas musicales en la radio nacional y hasta formó parte de un trío.
Una vez llegó a Nueva York, en 1954, organizó el grupo Las Tres Monedas, que sirvió de inspiración musical para sus hermanos y el que mantuvo por más de una década, hasta que en 1965 fundó la Orquesta Arecibeña.
"Cada vez que los escuchaba cantar con su grupo cogía una lata de galleta y me ponía a tocar el bongó", cuenta Ángel.
Surgen de la esencia del soul y el r&b
La desenfrenada pasión musical que vivían los hermanos Ángel y José Lebrón los llevó a organizar su primera agrupación en 1962, en la que también integraron a su primo José Manuel.
El grupo, denominado Los Eltones, se sostuvo sobre la interpretación de un repertorio netamente afroamericano, con canciones de soul y rythm & blues, a tono con las influencias comerciales más próximas a su realidad.
"Nuestra característica principal eran los coros, los hacíamos en inglés y nuestro afinque era como el de los negros americanos, porque nos gustaba mucho el doo–wop", manifiesta Ángel.
En Los Eltones, Ángel tocaba el bajo; José, la guitarra; y José Manuel, la batería. Aunque eran menores de edad, lograban colarse a trabajar en bares y cafeterías, donde ganaban $10 por noche.
Poco después, José se convirtió en el pianista del grupo luego que aprendió a tocar practicando con un piano viejo que se encontró en la calle.
La experiencia con este grupo cobró un matiz mejor cuando en una ocasión Pablo, que tocaba con su Orquesta Arecibeña en el club Las Vegas de Brooklyn, logró que el dueño del local les diera una oportunidad.
De esa manera, la agrupación, que desde entonces se nombró Ángel Lebrón y su Combo, incorporó a otro de sus primos, Héctor, en las congas, y comenzaron a trabajar de lunes a viernes en el club interpretando los éxitos del cancionero popular afroamericano.
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